A veces, no tenemos muchas opciones de entretenimiento en casa para jugar en familia. Solemos tener algún que otro juego de mesa clásico, como el Monopoly, el parchís o incluso algunos con dinámicas más complicadas, como el Cluedo.
La falta de variedad puede llegar a desanimar a los más pequeños y a que pierdan el interés por los juegos. Si es tu caso, no te preocupes, existe una fácil solución para que recuperen las ganas de jugar: los juegos caseros.
En ocasiones, solo hay que hacer pequeños cambios respecto al juego original, pero a veces podemos crear desde cero. Estos juegos tienen la ventaja de poder ser personalizados, y, además, no necesitan de muchos materiales y suelen ser muy económicos.
A lo largo de este artículo aprenderás a crear varios juegos caseros fáciles de hacer o DIY, entre los que encontrarás juegos de mesa de tablero o incluso de motricidad.
Cómo hacer juegos de mesa divertidos caseros
Para empezar, te vamos a enseñar cómo dar una vuelta a los juegos clásicos. El Monopoly es un juego tradicional, pero ¿alguna vez se te ha ocurrido hacer una versión donde añadir las calles de tu pueblo o ciudad?
Igualmente, puedes crear una interpretación sobre los lugares más emblemáticos de vuestra novela o serie de televisión favorita (por ejemplo, Los Simpsons). No hay nada más inmersivo que crear un juego donde exista un significado personal para los jugadores, y que haya luchas por ver quién se hace con el callejero local. Para crear el tablero, se puede tomar el tablero original como referencia, o imprimir uno de internet. Luego, ve añadiendo los distintos nombres de las calles, pudiendo mantener las tarjetas de la suerte.
Para crear un ajedrez, tienes varias opciones.
- La primera, crear el tablero y las piezas a partir de bloques de construcción de tipo Lego.
- La segunda, crear un tablero a partir de papel, cartón o contrachapado (según el nivel de esfuerzo que le quieras poner).
Teniendo ya hecho un tablero, también puedes usarlo para jugar a las damas, y solo tendrás que añadir dos tipos de piezas distintas para los dos jugadores. Te recomendamos que pienses en juegos cuyos elementos se puedan utilizar en otras actividades.
Ideas de juegos de mesa caseros para adultos
En el caso de personas ya adultas, hay una gran variedad de juegos de mesa que se crean prácticamente de cero.
Uno de los juegos más populares es un juego de mesa de cartas del estilo Cards Against Humanity. Consiste en que una persona escoge una carta con una de las preguntas, mientras que el resto de los jugadores intenta encontrar la carta más graciosa o irreverente con la que responder. La persona que escoge la pregunta elige la respuesta ganadora.
Para crearlo, solo necesitas imprimir las cartas (en internet es fácil encontrarlas en pdf) o simplemente copiar las preguntas y respuestas a unas tarjetas de papel. Si decides pensar en posibles respuestas, recuerda incluir referencias a la cultura popular.
Otro juego muy popular es el de Scrabble, también conocido como Palabras cruzadas. Una manera de recrearlo es con la ayuda de una pizarra magnética como base. Puedes imprimir una plantilla con el fondo donde colocar las letras y pegarlo a la pizarra con celo de doble cara, por si decides retirarlo cuando termines de jugar. Para crear las letras, se necesitan cuadrados (de madera o plástico duro) que tengan el mismo tamaño. En la parte frontal se coloca una pegatina con la letra correspondiente, mientras que en la parte posterior se añade un pequeño imán de botón.
Así resulta más sencillo poder colocar y retirar las letras. Como cambiar el sistema de puntos puede ser algo complejo, piensa que tienes la opción de mantener el del juego original.
Juegos de mesa caseros para adolescentes
Cada adolescente es un mundo y tendrá gustos distintos, por lo que el objetivo es encontrar juegos que les llamen la atención y que despierten su curiosidad.
Una forma de que aprendan vocabulario es creando un Taboo casero en el que aprendan cómo expresar distintos conceptos sin utilizar ciertas palabras. Solo necesitas crear tarjetas divididas en dos partes: en la primera, el concepto que la otra persona tiene que adivinar, y debajo, unas 3-4 palabras que el jugador no puede utilizar a la hora de dar las pistas. Este tipo de juegos de mesa les fomenta a ser creativos, a comunicarse mejor y a estrechar lazos con los demás, por lo que es una actividad perfecta para hacer en familia.
Con un poco de preparación previa, puedes crear tu Quién es quién casero donde tengas que adivinar entre tu familia o amistades. Si tienes el juego por casa, puedes reutilizar la versión original y simplemente reemplazar las imágenes con fotos de tus allegados. Si quieres hacer un juego de apariencia más profesional, no dudes en utilizar contrachapado y unas pequeñas bisagras donde colocar los personajes (o las fotos de tus allegados).
Juegos caseros para niños
Crea un teatro para los más pequeños y pon a prueba tus habilidades como cuentacuentos. Para ello, necesitas una caja de zapatos vacía para crear el escenario, varios palitos de madera y varias figuras o dibujos. Ten en cuenta que decorar el propio escenario con cintas le dará otro toque de color. Con este teatro, los niños aprenderán a valorar los cuentos y las historias, así como mejorarán sus habilidades comunicativas y de escucha. Puedes personalizarlo con sus animales favoritos y crear una granja, o con recortables de personas y contar un cuento sobre la familia. Las posibilidades son infinitas.
Uno de los juegos más sencillos de hacer es el de memoria. A partir de tarjetas del mismo tamaño, en un par de ellas se pone un elemento, por ejemplo, el dibujo de una cuchara. Luego todas las tarjetas se dan la vuelta, y los pequeños tienen que encontrar la pareja.
Otra opción simple es la del juego de tres en raya, ya que se puede hacer en papel, en cartón o incluso en una pizarra de varios colores.
Para juegos con dinámicas simples, destaca el de Serpientes y escaleras. Las escaleras permiten subir en el tablero y las serpientes hacen bajar posiciones. El primero que llegue a la meta, gana. Se trata de un juego fácil de recrear con la ayuda de unos rotuladores y un tablero.
Por otro lado, puedes crear un juego basado en acciones simples (contar hasta diez, decir los colores, moverse dos casillas hacia adelante, tocarse la nariz con la mano…). Solo necesitas post-its de colores para formar el recorrido, un rotulador para escribir las acciones y un dado para avanzar por las casillas.
Juegos caseros para aprender los colores
Una de las mejores formas para que los niños aprendan a diferenciar los colores es a través de los juegos, para que empiecen a darse cuenta de que aprender no tiene por qué ser una tarea aburrida.
El primero que te sugerimos es que hagas una ruleta grande de colores hecha en felpa. La idea es que utilices varios colores de felpa, vayas haciendo triángulos que finalmente formen un círculo al pegarse entre sí. Esta será la base. Después, tendrás que seleccionar pequeñas figuras, fichas, pequeñas pelotas o incluso rotuladores o material de dibujo, como los lápices.
El objetivo es que el niño vaya poniendo todas las cosas que tengan el mismo color en el triángulo correspondiente.
Otra idea parecida es coger una bandeja con molde para magdalenas y echar pintura de espray de diferentes colores en cada hueco. Así, los niños pueden meter las figuras según el color que corresponda.
También puedes hacer tarjetas plastificadas que contengan dibujos de objetos cotidianos o animales en un solo color, para que el niño tenga que razonar verbalmente qué color es, además de decir el nombre del objeto. Esta actividad es muy completa, ya que así aprenden tanto colores como vocabulario.
❗❗ Eso sí, recuerda supervisar a los niños siempre que jueguen, sobre todo si están utilizando piezas pequeñas, para evitar que se puedan meter algo en la boca y evitar sustos.
Juegos de motricidad fina caseros
No hay mejor juego para aprender a coordinar las manos y los pies y aprender a moverse que un Twister casero. El objetivo del juego es seguir una serie de instrucciones sobre en qué colores tenemos que colocarnos en cada turno: rojo, amarillo, verde o azul.
Para recrearlo, necesitas pintura acrílica en los colores antes mencionados, una brocha, platos de un solo uso y una lona o sábana (mejor una lona, ya que es más gruesa y resistente). Para hacer la ruleta, utiliza un pequeño cartón y una pajita que puedes fijar con la ayuda de una chincheta en la parte central.
Los niños pequeños se pueden distraer con cualquier cosa. Con tan solo pegar unas cintas al suelo haciendo una forma de cuadrado, has creado un espacio donde los niños tienen que conseguir meter varias figuras (pegadas entre ellas) sin salirse de los límites. Se trata de una especie de Tetris donde deberán a aprender a encajar piezas y desarrollar su conciencia espacial. Para las figuras, prueba a trazar el contorno de varias formas en un cartón y luego recorta según lo necesites.
Por otro lado, resulta muy simple hacer un juego de bolos casero si utilizas una pelota pequeña cualquiera y varios rollos de papel higiénico pintados que representen los bolos. Otros ejercicios, como recoger los distintos juguetes cuando los niños han terminado de divertirse, también les ayuda a estimular la motricidad.
Juegos Montessori caseros
La teoría Montessori pretende que los niños aprendan a auto-desarrollarse y ser independientes si se les da tanto el apoyo como las herramientas necesarias para hacerlo.
No tienen por qué ser actividades muy complejas, pero sí que les estimulen a ser creativos y que tengan efectos prácticos.
Algunas de las acciones que fomentan el desarrollo de los pequeños son: recortar figuras por sí solos con unas tijeras, hacer joyas o esculturas con diferentes tipos de pasta, dibujar y colorear con distintos materiales, crear esculturas de papel maché y jugar con instrumentos para ir formando el oído musical.
Una de las tareas más infravaloradas que sigue la filosofía Montessori es la limpieza de peluches y otros juguetes. Se trata de la oportunidad perfecta para enseñarles que tienen que cuidar de sus cosas, y esto incluye la limpieza. Solo necesitas una caja de plástico, agua, jabón y un cepillo o una esponja para frotar.
Eso sí, los derrames accidentales están asegurados, así que cuidado dónde se coloca la estación de limpieza.
Juguetes caseros para bebés
A los bebés les llama mucho la atención los objetos brillantes y las luces, por eso los juguetes para bebés de 0 a 6 meses estás diseñados para esto. También los colores vivos. Pueden jugar con llaveros, diademas, libretas o muchos otros objetos de la vida cotidiana (siempre bajo la supervisión de un adulto).
Por ejemplo, los bebés no suelen reconocerse en los espejos hasta que cumplen un año y medio, por lo que es apasionante ver viendo cómo aprenden cosas sobre su entorno.
Puedes ir acostumbrando su oído musical si pones en la habitación piezas instrumentales mientras intenta dormirse o simplemente lo tienes en tus brazos. Cuida que el volumen no sea muy alto y que no haya cambios bruscos durante la melodía para evitar que se asusten.
También disfrutan mucho experimentando con diferentes texturas y les va genial para que puedan diferenciarlas al tacto. Por ello, pueden tocar mantas, chaquetas o incluso peluches. Si se te da bien coser y tienes una máquina en casa, hay muchos tutoriales en internet que enseñan a cómo diseñar y crear un peluche desde cero.
Juegos para jugar en familia caseros
Cualquiera de los juegos anteriores se puede convertir en una actividad para toda la familia, especialmente las versiones caseras del Monopoly, Taboo y Twister, que además permiten varios jugadores.
No solo la actividad en sí, también incluyendo la selección de los materiales, la construcción o el momento de recoger el juego y colocarlo en su sitio.
Involúcrales en el proceso, anímalos a que te cuenten lo que les gusta y lo que no desde que son pequeños, y así tomarán la iniciativa cuando sean más mayores.